Así se encuentra en estos momentos el afluente de agua a la altura de San Francisco Solano.
Según el diccionario, un arroyo es una corriente natural de agua, que tiene como finalidad trasladar una corriente de agua hacia un lago o mar.
Viendo la imagen de este artículo, parece difícil que esta definición se cumpla en los dos afluentes de la zona: los arroyos Las Piedras y San Francisco.
Gran cantidad de vecinos que viven a la veda de dichas corrientes de agua, arrojan sus residuos allí, provocando que el problema de las inundaciones se agudice en la zona oeste del distrito de Quilmes.
Muchos ciudadanos locales le hechan la culpa al pésimo servicio de recolección municipal, que a veces pasa cada tres días para juntar las bolsas de residuos, pero lo cierto es que arrojar desechos a los arroyos sólo perjudica a los vecinos.
Durante los últimos 15 años, la Municipalidad de Quilmes dejó de realizar trabajos de ensanchamiento en los afluentes, incluso, el último se realizó durante los años 2014 y 2015 y no gracias al trabajo del intendente Francisco Gutiérrez, sino por un pedido de la Diputada local Mayra Mendoza, que consiguió que la Provincia de Buenos Aires invirtiera 22 millones de pesos para ampliar los arroyos Las Piedras y San Francisco, trabajo que no se pudo completar en su totalidad debido a que algunos vecinos construyeron sus viviendas pegadas a dichas corrientes de agua, cosa que no permitió el ingreso de la máquinas.
Hasta el momento, la actual gestión de Martiniano Molina, no mencionó en ningún momento que existiera un proyecto para solucionar las inundaciones de Quilmes oeste, pero lo cierto es que al parecer, pasarán varios años hasta que se conozca un buen trabajo de infraestructura, ya que los arroyos dependen de la Provincia de Buenos Aires, que, según la gobernadora, se encuentra “quebrada”.
