Los trabajadores de la economía informal volvieron a poner sus puestos armados en las veredas luego de 200 días en los que montaban un puesto provisorio o simplemente deambulaban cargando su mercadería.
Los vendedores armaban puestos removibles, los cuales les permitía sacarlo al momento de la llegada de inspectores municipales o efectivos policiales, ya que no contaban con el permiso necesario de un trabajador esencial durante la cuarentena. Sin embargo, otro escenario se vio esta semana en el centro solanense, ya que los puesteros se instalaron en las zonas comerciales más concurridas por los vecinos, y ya se muestran más tranquilos ante la llegada de autoridades municipales.
Consultado por Diario San Francisco, una autoridad municipal aseguró que los trabajadores no fueron autorizados por la Comuna y que no han emitido ninguna credencial que los habilite a montar sus puestos callejeros. Sin embargo, contó que realizaron un censo para corroborar que los vendedores sean de Quilmes.
«El distrito es muy grande y tenemos poco personal porque estamos en pandemia, por lo cual puede ser que en algún momento se tenga que desatender una parte del distrito y atender otra, pero falta de control no hay nunca» concluyó la funcionaria.
